El balance de Industriales Metalúrgicos de Rafaela: “El optimismo está en que esto puede mejorar y en la capacidad de reinventarnos”
Así lo afirmó Graciela Acastello, en diálogo con RADIO RAFAELA. Asimismo habló de los desafíos que se presentan para el sector y la dificultades que puede traer la apertura total de las importaciones
La industria metalúrgica se encuentra atravesando por un momento de dificultades en el cual se une la apertura total de las importaciones y los costos de producción que siguen siendo altos. En ese sentido, en el día de ayer se conocieron los datos del informe elaborado por el Departamento de Estudios Económicos de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA) que señala que a utilización de la capacidad instalada en noviembre pasado fue de apenas del 50,5%. También el sector registró en noviembre pasado un derrumbe en su producción del 7,1% en la comparación interanual.
La presidenta de la Cámara de Industriales Metalúrgicos de Rafaela (CIMR), Graciela Acastello, en diálogo con RADIO RAFAELA, realizó un balance del año y analizó la situación actual del sector, marcado por un cambio abrupto en las variables macroeconómicas y los desafíos que enfrenta la industria local para competir a nivel global.
Acastello señaló que durante este año hubo un cambio “demasiado violento” en la economía: “Pasamos de un dólar cero, donde no había posibilidades de importar nada porque no teníamos crédito internacional ni dólares, a una economía totalmente abierta que nos hace competir con el mundo. El problema es que Argentina no está preparada para competir en estas condiciones”.
Por eso mismo, la empresaria explicó que el país enfrenta costos estructurales que distorsionan la capacidad de ser competitivos en insumos clave como el acero, cuyo valor local en dólares resulta mucho más elevado que en otras partes del mundo.
Asimismo destacó que muchos empresarios se ven forzados a buscar alternativas en el exterior: “Hoy el empresario está pensando qué puede reemplazar de lo que produce o de lo que recibe de un proveedor local, y eso va a recrudecer. Hay optimismo, sí, porque si no nos reinventamos el optimismo cae por el suelo, pero también somos conscientes de que todo esto terminará afectando al empleo”.
Acastello subrayó la necesidad de una regulación que acompañe esta transición económica: “No podemos vivir aislados, esa no es la solución, pero necesitamos alguna regulación en el interín del cambio. Ha sido un giro de 180 grados en apenas seis meses”. La apertura económica, con la eliminación de gran parte del cepo y las restricciones a las importaciones, generó un nuevo escenario: “Ahora importa cualquiera, y eso también es un problema”, remarcó.
Al analizar los números, la dirigente metalúrgica citó un informe de la Federación Industrial de Santa Fe (FISFE), que registró una recuperación del 14% interanual en la actividad industrial. Sin embargo, advirtió que este crecimiento depende de ciertos sectores específicos, como el complejo oleaginoso y la industria automotriz. “La producción automotriz tuvo una gran recuperación, pero hay que considerar la base de comparación. El año pasado no había insumos y la producción estaba muy baja. Además, esta producción no es para el mercado interno, sino que Brasil está demandando mucho, lo cual impulsa las exportaciones”.
Finalmente, la referente del CIMR concluyó que, si bien el panorama sigue siendo complejo, los empresarios mantienen la esperanza de adaptarse: “El optimismo está en que esto puede mejorar y en la capacidad de reinventarnos, porque de lo contrario, será muy difícil sostener la industria”.