22 Jun 2020

La nueva Argentina requiere consensos para un plan de desarrollo

No hay tiempo que perder, ni grieta que justifique dilaciones. Necesitamos un auténtico consenso nacional para generar una estrategia de desarrollo sostenible que nos permita transitar un camino de prosperidad.

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La nueva Argentina requiere consensos para un plan de desarrollo

Declaración de principios del CCIRR

A fines del año pasado realizamos un análisis crítico de la situación económica con la cual el gobierno entrante debía iniciar su gestión. El diagnóstico mostraba caídas y retracción del nivel de actividad durante 2018 y 2019, tanto para el sector industrial y comercial como para los prestadores de servicios. En ese momento, los principales desafíos giraban en torno a revertir la recesión, el ajuste continuo, un sistema financiero que fagocitaba al productivo y un desequilibrio de la mayoría de las variables económicas y sociales significativas.

A 6 meses de comenzada esta nueva gestión de gobierno, aquellos problemas iniciales fueron potenciados por las graves consecuencias sanitarias, sociales y económicas que han generado la pandemia mundial del COVID-19 y el aislamiento social, preventivo y obligatorio establecido con el objetivo de mitigar sus efectos y resguardar la salud de todos los argentinos.

Actualmente, nos encontramos transitando una nueva etapa de la pandemia (distanciamiento social), con un sector empresarial fuertemente golpeado que comienza a reactivarse de a poco y ayudas estatales que, lamentablemente, no han llegado a todos los colegas que las necesitaban y seguirán necesitando.

Además de la gestión de nuevas herramientas de asistencia para garantizar una salida sostenible de la crisis, la post-pandemia nos exige reordenar los debates alrededor de estrategias que nos permitan encontrar la tan mentada “nueva normalidad”

No obstante, la situación concursal de una empresa santafesina y la estrategia del gobierno nacional para abordarla, corren el eje y nos desvían de las prioridades que deberían asumirse en estos tiempos críticos.

Más allá de los extensos debates entre quienes apoyan y rechazan la medida tomada por el gobierno, existen una serie de temas que, a nuestro entender, son vitales para establecer el futuro económico como nación. Detallamos algunos de ellos:

  1. Estabilidad política, responsabilidad empresarial y seguridad jurídica: muchas veces hemos mencionado la importancia de contar con un entramada político-institucional confiable, que a través del cumplimiento de las leyes y la generación de normas ecuánimes generen confianza genuina y sostenible. En las últimas semanas nos hemos vistos sorprendidos con declaraciones públicas respecto a la intención del gobierno de “quedarse con las empresas”, que luego fueron descartadas y categorizadas como “ideas locas”. Sin embargo, pocos días después, conocimos el DNU que establece la intervención (ocupación temporánea anormal) de una empresa privada en proceso concursal y el anuncio de que se está trabajando en un proyecto de ley para su posterior expropiación. La reacción de la opinión pública motivó un encuentro oficial con los titulares de la empresa, donde se planteó la posibilidad de analizar “instancias superadoras”, aunque horas después se ratificó la expropiación como único camino posible. La secuencia de todas estas acciones, precedidas por investigaciones judiciales alrededor del vínculo financiero entre la empresa y el Banco de la Nación Argentina y una renegociación internacional de la deuda pública del país, denota falta de lógica y argumentos poco claros de parte del gobierno nacional, que habría actuado de forma muy cuestionable desde el punto de vista constitucional. Sin lugar a dudas, que, en el marco de un Estado de derecho, con reglas de juego claras y previsibles, la Justicia debería contar con el respaldo político-institucional necesario para actuar de manera eficiente para determinar las responsabilidades de cada uno de los actores involucrados en el proceso que derivó en la cesación de pagos por parte de la empresa.
  2. Intervenciones, nacionalizaciones y otras alternativas de participación estatal: somos una gremial empresaria que defiende su sector como base y motor de la economía nacional. No hay país desarrollado o en vías de desarrollo que no cuente con un sector empresario fuerte y en crecimiento. Como concepto general no podemos estar de acuerdo con la intromisión del Estado en las empresas. A su vez, la historia económica Argentina tiene mucho para decirnos. Hemos tenido a lo largo de décadas, historias increíbles como la expropiación de una empresa cervecera y como todos recordarán de una renombrada imprenta. Marcando nuestros desatinos y contradicciones en vías de construir un proyecto de país, mientras en los 90 la política económica liberal propició las privatizaciones para el entramado de empresas públicas, dos décadas después se replantearon los objetivos con una serie de expropiaciones y generación de nuevas empresas públicas. Podemos compartir, viendo cada situación en particular, la visión de que actividades estratégicas tengan la necesidad de definir el principio de utilidad pública para generar un proceso de expropiación. YPF es una de las limitadas muestras. Pero las formas y la racionalidad del proceso son importantes. La estatización de parte del paquete accionario que detentaba Repsol en 2012, fue anunciada sobre bases poco precisas. No sólo se pagó por arriba de los valores de mercado, sino que aún tenemos juicios pendientes a resolver que van a determinar el real valor de la estatización en futuros tiempos. Asimismo, el objetivo de desarrollo de proveedores nacionales de la petrolera, aún tienen muchas materias pendientes a resolver. En algunos casos, la épica de los anuncios de estatización es directamente proporcional a los desfasajes y sobreprecios que todos los argentinos pagamos. Distinto es el caso de los procesos de salvataje que distintos Estados están generando con sus empresas en estos tiempos de pandemia. La negociación y los acuerdos en común, son bases ineludibles en cada una de las resoluciones.
  3. Deuda externa: Argentina está negociando un nuevo acuerdo con un primer grupo de acreedores externos. Hay una coincidencia de todos los actores económicos de la importancia de concretar dicho acuerdo en forma sustentable. Un default no sólo implicaría exponernos a nuevos juicios o incrementar nuestro récord registrando el 9no de nuestra historia, sino que significaría fuertes restricciones económicas para el financiamiento de algunas actividades y quedar fuera del mapa de las actividades que requieran inversiones externas para su desenvolvimiento. Pero no deja de ser observable también, que a la par que pedimos una quita a los que compraron títulos, manifestamos disponer recursos para expropiar una empresa.
  4. La banca pública como herramienta de fomento: es fundamental para el desarrollo productivo una banca de fomento nacional, respetada, justa y equilibrada. La justificación de los proyectos, su impacto económico, la certeza de los mismos y las garantías ofrecidas, entre otros conceptos, no pueden ser superadas por definiciones o contactos políticos. Los fondos que fueron otorgados a muchas empresas vinculadas con los diferentes gobiernos de turno, fueron negados a muchas micro, pequeñas y medianas empresas que realmente los necesitaban para agregar valor, generar empleo y potenciar el desarrollo de las comunidades donde operan.
  5. Comercio exterior:

 

  1. Uno de los problemas macro más importantes de la economía argentina es lo que se denomina «restricción externa». Periódicamente, sufrimos una crisis por no disponer de los dólares necesarios para hacer frente a las distintas necesidades. Son varios los términos que suman y restan a la ecuación de dichas necesidades de divisas. Las exportaciones suman en forma importante en dicha balanza. Y el complejo de granos, oleaginosas y productos elaborados es muy fuerte. La extranjerización de la economía viene produciéndose hace décadas. La primera empresa en ventas externas declaradas de granos, legumbres, harinas y aceites vegetales es COFCO, empresa multinacional de capitales del estado chino. Cuando dicha empresa compró a Noble y Nidera, no hubo ningún obstáculo ni debate sobre la incidencia de la economía nacional.
  2. El otro problema vinculado con el comercio exterior y con el principal rubro exportador es la «primarización». Las exportaciones del rubro mencionado, son fundamentalmente de productos primarios sin valor agregado. Pero pensar que ambos problemas se solucionan con estatizaciones es subestimar la magnitud del mismo. No hay agregado de valor, sin un marco empresario pujante y creciente.
  3. Una cuestión central de nuestro país, es contar con mayores exportaciones, que permita contar con un adecuado balance entre las necesidades públicas de divisas para el cumplimiento de compromisos externos y las necesidades de las empresas en insumos y componentes importados para producir. Hay que privilegiar y fomentar las exportaciones. No es buena señal ni política de incentivo, que seamos el único país de la región con retenciones, ni que el Estado piense en expropiar empresas que posean roles importantes en comercio exterior.

 

  1. Situación de las empresas: la situación post pandemia del entramado empresario del país en cualquiera de sus sectores, es sumamente delicada. De la misma magnitud que el 2001 y algunos mencionan que puede ser de mayor impacto. No parece replicable el formato de «salvataje» que se propone para una gran empresa de nuestra provincia en dificultades. Será necesario que los ejecutivos y legislativos de los tres niveles de gobierno, generen medidas coordinadas en salvaguarda del entramado PYME y de todos los puestos de trabajo, con políticas específicas para las economías regionales. Nos cuesta creer que la prioridad nacional esté enfocada en un sólo caso, postergando el debate de moratorias, planes de pago, apoyos específicos a sectores dinámicos como la ley de economía del conocimiento, alineación a la legislación nacional como el apoyo a la ley de ART que naufraga hace años en nuestra provincia, paquetes de emergencia que eviten que cada juicio contra las PYMES sea un certificado de defunción, etc. Todo lo mencionado y seguramente muchos temas más, son de impacto directo en la totalidad o gran mayoría de las necesidades del sector de la economía privada en nuestro país. Esperemos que la politización exacerbada de algunos temas no tape esta realidad.
  2. Desarrollo, crecimiento y trabajo: los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas deberían ser el modelo a seguir para los países en vías de desarrollo. Vale mencionar que los dos objetivos iniciales (1. Fin de la Pobreza y 2- Hambre “Cero”) podrían abordarse a través de los planes asistenciales en el marco de la emergencia, pero no son suficientes. En una mirada de largo plazo, nuestro país no ha sabido resolver sus problemas estructurales. Nuestro PBI per cápita post pandemia concluirá el 2020 siendo inferior al de 1974 (previo al “Rodrigazo”) y los niveles de pobreza, en el mismo lapso, ha pasado de un 4/6% a un 45/50%. Esta triste performance fue lograda a la par de haber generado un sistema impositivo local, provincial y nacional con más de 160 tributos y un nivel de presión impositiva inédito. Dicho en otras palabras, con transferencia récord de recursos al Estado, nuestra economía no ha crecido y los niveles de pobreza han llegado a límites impensados para cualquier sociedad. No es un problema de soberanía alimentaria. Es un problema de modelo económico que tienda al crecimiento, a recrear la cultura del trabajo y desarrollar un Estado eficiente.

Tal como hemos expresado en estas líneas, sabemos que las circunstancias iniciales de este gobierno y las sobrevinientes por la pandemia son muy delicadas. Asimismo, estamos convencidos más que nunca, que Argentina necesita una estrategia de desarrollo que se transforme, de una vez por todas, en Políticas de Estado que nos permitan transitar un camino hacia la anhelada prosperidad que nos merecemos todos los habitantes de nuestro país. No hace falta aclarar que esta necesidad superior y colectiva debe estar por encima de la estatización de una empresa.

No hay tiempo que perder, ni grieta que justifique dilaciones. Necesitamos un auténtico consenso nacional. Entendemos que en los tiempos que corren deberíamos comenzar a priorizar el último ODS, el Nº 17, de “ALIANZA PARA LOGRAR LOS OBJETIVOS”: un programa exitoso de desarrollo sostenible, requiere alianzas entre los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil. Estas alianzas inclusivas construidas sobre principios y valores, una visión compartida y metas compartidas, que colocan a la gente y al planeta en el centro son necesarias a nivel global, regional, nacional y local.

Fuente: CCIRR