La economía entre paradojas y encrucijadas
¿Cuál es el rumbo de la economía? ¿Hacia dónde vamos? ¿Estamos a un paso de ver la luz al final del camino o estamos frente a un modelo de desocupación y pobreza? La semana pasada los mercados encendieron varias luces de alertas. ¿Es coyuntural o quiere decir algo más profundo? ¿El Rigi es la tabla salvadora?
Diario CASTELLANOS dialogó con el economista Ignacio Trucco. Profesor en las universidades nacionales del Litoral y Entre Ríos, explica claramente cada una de sus aseveraciones. Para saber dónde estamos hoy, es necesario hacer un repaso de los momentos que pasaron en los 6 meses del nuevo Gobierno: «Una fuerte devaluación del dólar comercial en diciembre generó un salto inflacionario. Veníamos con una inflación alta, en torno al 12%, que se venía acelerando y pasó a estar en el 25%». Esto se mantuvo los primeros meses y después fue restaurándose «cierta normalidad». Ese salto generó «una caída muy abrupta de los ingresos reales, lo que provocó una caída de la demanda efectiva de los bienes y servicios de toda la economía. La actividad económica se redujo en un 30%, en algunos sectores casi el 40%. Con esta caída, continuó el especialista, «se reduce el nivel de importaciones. La devaluación provocó que se liquiden muchas exportaciones por la brecha cambiaria y las expectativas de devaluación. Dejaron de salir muchos dólares lo que provocó una estabilidad del tipo de cambio financiero». Había una presión: los precios crecían el 25% en diciembre, 20% en enero, 15% en febrero y el dólar, fijo en mil pesos. «Esa fuerte apreciación financiera de la economía generó transferencias muy fuertes al sector financiero a costa de la actividad económica real». La caída de la actividad tuvo su piso en abril. A la vez se agotan las entradas de dólares, nuevamente aparece cierta reticencia para algunas liquidaciones.
El salto del precio del dólar
Esto fue lo que provocó un salto en el tipo de cambio «que volvió a restaurar la brecha en torno al 40%», explica el especialista, «es bajo en relación a lo que había antes, pero puso en vilo la estabilidad financiera argentina, tanto del mercado de cambios, de acciones y de bonos». Si bien el dólar financiero no tiene impacto directo en los precios como en el comercial empiezan nuevamente las presiones inflacionarias en una economía que había tocado su piso: «Empezamos a ver en algunos indicadores que ciertos bienes alimentarios vuelven a situarse en torno al 6% mensual». Con todo ello, lo concreto es que la inflación no seguirá bajando «tan fácilmente».
Los que quedan adentro y los que no
En relación a la pérdida del poder adquisitivo de los empleados, Trucco hace una diferenciación: «No todos perdieron en la misma magnitud. La sociedad se divide en dos: los que quedan adentro y los que quedan afuera, algo que pasó también durante los ’90». En el segundo grupo (con recomposiciones salariales de hasta un 30% por debajo de la inflación) están los sectores públicos, informales, jubilados, ciertos sectores privados, como comercio y gastronómicos. La economía sigue estancada. Otro factor que juega en este estancamiento es el freno del gasto público «con recortes que han puesto en riesgo incluso la estabilidad misma del Estado. Por ejemplo, los contratos con las energéticas que no fueron pagados o fueron canjeados por deuda; la obra pública detenida…».
Dudas y paradoja
En definitiva, algunas dudas a futuro. El Gobierno argumenta que el plan económico trae estabilidad en el corto plazo con costos en la economía real que serían transitorios. ¿Qué pasa si la economía real vuelve a estabilizarse? «Lo que uno ve es que la inflación se acelera en torno al 6%, la brecha recupera terreno con un 30% menos de actividad económica: ¿Qué va a hacer el Gobierno que pretende reducir la inflación al 2%?, (que implicaría una nueva caída de la actividad económica en torno a 10 puntos más)… Es como que, después de la devaluación, el oficialismo lo que hizo fue generar una baja muy fuerte de la actividad económica y dejó latente una inestabilidad futura: cualquier recuperación va a venir con mucha mayor nominalidad que antes, es decir, con aceleración cambiaria y de precios. La paradoja es que el Gobierno quedó atrapado entre la recesión con una inflación moderada pero persistente y una eventual recuperación pero con una inestabilidad mucho mayor aún de la que heredó», sintetizó.
Pero hay más. El modelo generó, en lo financiero, una fuerte apreciación del peso en los primeros meses y rentabilidades de los activos en pesos muy altos «un plazo fijo, un UVA o los bonos en pesos generaron mucha rentabilidad. Hay muchas expectativas en torno a que, si en algún momento hay una devaluación, haya cambios de cartera relativamente brucos que muevan el tipo de cambio financiero que es lo que pasó en las últimas semanas».
¿No hay plata (dólares)?
«Las alternativas que tiene el Gobierno para estirar esta situación de poder recuperar la actividad económica sin tener que enfrentarse a la inestabilidad o a la presión sobre el mercado de divisas es la entrada de capitales: sea por deuda pública o privada o inversión extranjera directa. En eso están: los swaps, el Fondo Monetario… todavía el Gobierno no logró que se produzcan ingresos de capitales lo suficientemente fuertes como para postergar las tensiones que aparecerían con un mayor nivel de actividad económica», analizó Trucco. Pero hay más: «La economía tampoco puede recuperar mucho en la medida en que no tiene las divisas para soportar ese proceso. Lo acumulado en el Banco Central no le asegura capacidad de fuego suficiente como para financiar un año de crecimiento económico sin comprometer las cuentas externas. Es cierto que la cosecha este año va a ser mucho mejor que la del año pasado, lo que le dará aire al gobierno. Hay que ver cómo el Gobierno logra administrar esa tensión. Si consiguen que haya entrada de capitales, pueden tener un segundo semestre mejor que el primero porque van a postergar las tensiones para más adelante cuando esos capitales ya no estén más». ¿Y si estos capitales que vienen lo hacen para obtener ganancias financieras de corto plazo y después salir como pasó en 2016? Consultó Castellanos: «Te genera después a futuro una situación peor todavía porque ya venías de postergar tensiones, ahora se agregan el pago de intereses y los capitales que tomaste en deuda. En 2016 y 2017 crecimos en base a deuda y en el 2018 explotó todo y todavía estamos pagando las consecuencias», recordó.
El RIGI
Dentro de la «ley Bases» que se debate en el Congreso por estas horas, uno de los temas centrales es el RIGI: Régimen de Incentivo de Grandes Inversiones que, desde el oficialismo, lo plantean como una herramienta importante para la recuperación: «Creo que es una paradoja», evaluó Trucco. «Si se aprueba como está redactado, no le va a permitir gozar de divisas para hacer esta especie de populismo de dólar barato porque las inversiones pueden liquidar afuera, saltearse el mercado local. Lo que van a dejar es muy poco. Evidentemente es una fortaleza para el Gobierno tener ese régimen porque estaría mostrando una posición de mayor fortaleza pero para la Argentina sería muy negativo», cerró.
Fuente: CASTELLANOS