01 Ago 2025

La industria en su laberinto

Incertidumbre es el término que describe con mayor certeza la coyuntura de la economía argentina y el «estado de ánimo» de las pequeñas y medianas empresas. “En la mayoría de los rubros observamos poco movimiento y eso se traslada a los planes productivos de muchas firmas, que no visualizan mejoras en este aspecto”, sintetizó el presidente de la Comisión de Industrias del Centro Comercial e Industrial de Rafaela y la Región (CCIRR), Mauricio Rizzotto, al analizar la actualidad del sector y los desafíos inmediatos que enfrenta en un contexto complejo.

El bajo nivel de demanda interna, que aún no recupera el dinamismo necesario para sostener una actividad saludable es uno de los problemas del momento. “En la mayoría de los rubros observamos poco movimiento”, sostiene a la vez que se lamenta.

En segundo lugar, la creciente apertura comercial añade una presión significativa sobre las pymes locales. Esto se debe a un cóctel explosivo que se genera a partir de la combinación de una apreciación cambiaria, la desregulación del comercio exterior y el fomento de las importaciones. Este escenario se da en un contexto de bajos niveles de actividad, brechas estructurales de productividad y tensiones en la competitividad sistémica. “Ante esta situación, muchas empresas están optando por reducir su producción nacional y sustituirla con mercadería importada, principalmente de China y Brasil. Esta estrategia es cada vez más común. Frecuentemente, se importan productos terminados para mantener la presencia comercial o se reemplazan insumos nacionales por otros importados más económicos. El objetivo es asegurar la supervivencia de las empresas y, en el mejor de los casos, permitir su proyección a mediano plazo”, plantea Rizzotto.

Otro factor crítico es el elevado costo del financiamiento. “La mayoría de las pymes carecen de acceso a créditos competitivos, ya que las tasas de interés siguen siendo prohibitivas. Esto restringe las inversiones en tecnología, innovación y reconversión productiva”, subraya.

A esta panorama se suma una preocupante inquietud acerca de las expectativas en el mediano y largo plazo. “Hay mucha incertidumbre. Mientras las empresas estén trabajando al punto de equilibrio, sin rentabilidad y con poca demanda, no sabemos qué va a pasar”, manifiesta el directivo.

En el mismo sentido, aclara que, si bien el orden fiscal y el freno de la inflación han sido avances muy importantes, la falta de consensos sobre reformas estructurales fundamentales, como la modernización del marco normativo laboral y la revisión integral del sistema tributario, genera una incertidumbre adicional respecto al futuro. “Argentina necesita cambios profundos y urgentes para ser competitiva, pero vemos escasas señales de acuerdos genuinos que permitan avanzar decididamente en esa dirección”, expresa.

En términos concretos, estas reformas estructurales implican, según el presidente de la Comisión de Industrias del CCIRR, un abordaje integral del sistema laboral, buscando flexibilidad y modernización para responder mejor a las necesidades actuales de producción y empleo. También resulta imprescindible una revisión del sistema tributario nacional, provincial y municipal, que hoy impone una carga fiscal insostenible sobre las empresas, afectando directamente la inversión y el desarrollo productivo.

Además, Rizzotto resalta la necesidad de desplegar inversiones clave en áreas críticas como logística, infraestructura energética y conectividad digital, elementos fundamentales para reducir costos operativos y mejorar la competitividad del sector industrial. “Sin estas inversiones estratégicas, nuestras industrias seguirán enfrentando limitaciones operativas que impactan directamente en su sostenibilidad a largo plazo”, advierte.

En este contexto, el rol del CCIRR es más relevante que nunca. “Estamos trabajando intensamente para acompañar a las industrias en esta etapa compleja, promoviendo encuentros sectoriales, generando espacios colaborativos y facilitando acceso a información estratégica”, señala, enfatizando además la importancia de la asociatividad empresarial como un camino clave para enfrentar estos desafíos.

El mensaje final es claro: superar esta crisis requiere esfuerzos colectivos y una mirada estratégica de largo plazo. “No podemos seguir postergando las reformas profundas. Es necesario avanzar con consenso y determinación para lograr un sector industrial verdaderamente competitivo y sostenible en el tiempo”, concluye Rizzotto.

Fuente: La Opinión