Por la baja del consumo, embotelladora de Coca-Cola, en preventivo de crisis
UN PALIATIVO PARA INTENTAR EVITAR DESPIDOS MASIVOS
BUENOS AIRES, 21 (NA). – La fuerte caída en el consumo afecta no sólo a pequeñas empresas sino también a grandes compañías y esta vez fue el turno de una de las embotelladoras de Coca-Cola en la Argentina, FEMSA, que anunció el pedido al Gobierno del procedimiento preventivo de crisis, un paliativo para evitar despidos masivos.
La firma, de capitales mexicanos, es una de las cuatro embotelladoras que la multinacional tiene en el país y que tiene 600 de los 2.500 empleados en total.
La brusca caída en el consumo y el cambio de conducta de los consumidores, quienes ante la suba de precios optan por segundas marcas o dejar de tomar gaseosas, afectaron fuertemente los ingresos de la compañía.
«Coca-Cola FEMSA Argentina está atravesando una etapa compleja debido a la desaceleración del consumo, lo que la ha colocado en la necesidad de readecuar su estructura de trabajo», indicó la firma en un comunicado.
Agregó que «en ese contexto, la Compañía presentó un procedimiento preventivo de crisis para su planta del barrio de Nueva Pompeya, Ciudad Autónoma de Buenos Aires».
Consideró que «dicho procedimiento seguirá el curso que establecen las normas aplicables».
El pedido de procedimiento preventivo de crisis (PPCE) fue realizado ante el Secretaría de Trabajo de la Nación y a través de este sistema previsto en la Ley de Contrato de Trabajo la empresa se compromete a no despedir o suspender personal. La empresa, radicada en el país desde 1994, es la principal embotelladora de Coca-Cola y otros subproductos para la Ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos Aires.
La firma posee la planta Alcorta en el barrio de Nueva Pompeya, en donde trabajan 600 operarios.
El PPCE puede ser solicitado en casos en que se pueda afectar a más del 15% de los trabajadores en empresas de menos de 400 empleados; a más del 10% en firmas de entre 400 y 1.000 trabajadores; y a más del 5% del personal en compañías de más de 1.000 operarios.
Fuente: La Opinion