27 Dic 2021

Se va el 2021, ¿qué nos deja? ¿Qué se lleva?

Estimados socios:

Se va el 2021, ¿qué nos deja? ¿Qué se lleva?

Si bien la actividad metalúrgica en general pudo recuperar los niveles pre pandemia en la mayoría de sus ramas, la situación dista mucho de ser la ideal para los empresarios.

No tener un rumbo definido con políticas claras respecto a qué país queremos ser, es un escollo enorme para el futuro.

¿Necesitamos EXPORTACIONES para tener una balanza de pagos superavitaria, pero cuántos rubros hoy pueden darse el lujo de ser competitivos a nivel mundial?

Con una carga impositiva muy superior a la generalidad de los países; con una legislación laboral altamente desfavorable para la generación de empleo formal; con niveles de inflación que erosiona permanentemente el poder adquisitivo; con un tipo de cambio descalzado de esa inflación y finalmente, con un bajo nivel educativo y contenidos no adaptados a la realidad, que generan hoy una falta de mano de obra calificada y condicionan indefectiblemente el crecimiento económico, muy pocos nuevos actores podrán internacionalizarse.

Con esta realidad, sólo productos con un alto valor agregado y mercados selectos pueden tener la oportunidad de competir en el mundo.

Algo tiene que cambiar. En un reciente informe de ADIMRA se describe esta realidad: en los últimos 27 años la economía transitó más de la mitad en recesión. La industria metalúrgica fábrica casi el 20% menos que a finales del 2015, sólo el rubro Máquina Agrícola fue superior a ese período. Las exportaciones de nuestro sector se redujeron 50% en los últimos 10 años.

Y vuelvo a la pregunta inicial, ¿qué nos deja el 2021?

Sin duda seríamos injustos si pensáramos que todo fue malo, la actividad se incrementó, los industriales, en su gran mayoría, apostaron invirtiendo en sus empresas y comenzaron a incursionar en la industria 4.0 y aunque tímidamente, se incrementó el empleo formal. ¿Pero cuánto mejor hubiese sido si hubiésemos tenido MÁS CERTEZAS? Hoy la palabra más escuchada en el ámbito empresario es INCERTIDUMBRE. Necesitamos un plan, un rumbo y normas claras para cumplirlo.

Y finalmente, ¿qué se lleva el 2021? Para muchos y lo más doloroso, seres queridos. Para otros la sensación de que el año no fue vivido, que se esfumó, porque la virtualidad impidió vivir a pleno los vínculos personales y afectivos, y ojalá podamos recuperarlos en este nuevo año que comienza.

Para finalizar sólo un deseo para el 2022: PAZ PRODUCTIVA o en otras palabras QUE PODAMOS PRODUCIR EN PAZ

¡Felices Fiestas!

CPN. Graciela Acastello
Presidente de la CIMR